El reto de los 30 días
Es lunes, son las 11:11 y aquí estamos de nuevo.
Cuando empecé a escribir esta newsletter lo hice en un esfuerzo por darme tiempo a mí misma para conectar con la creatividad.
Ahora, después de varios meses sentándome todos los lunes, o algún que otro domingo (y una vez un miércoles) a escribir para ustedes, se siente bien decir que se me ha convertido en un hábito.
De acuerdo a la leyenda del creativx torturadx, una no debería ser muy de hábitos.
Mas revisando las biografías y rutinas de artistas en distintas épocas y disciplinas me doy cuenta que, en realidad, para la práctica sí que existe la necesidad de la rutina - al menos hasta cierto punto.
“Sé regular y ordenadx en tu vida, de forma que seas violentx y original en tu trabajo”. Gustave Flaubert.
Dicen que se requieren 21 días para instaurar un hábito y que para dominar un arte se le debe haber practicado 10.000 horas.
Dispersa como soy, solo ver tantos números me embolata la cabeza.
El no haber sido precisamente la más juiciosa - o juzgarme a mí misma como tal porque, en realidad ¿quién está contando? - me genera hasta ansiedad.
Quizás habrá a quien le suene fácil darse 21 días para seguir una rutina, pero tanto eso como las 10mil horas implica una fuerza de voluntad que, para esta millenial con déficit de atención no es precisamente la más sencilla.
Lo que sí es más fácil, sin embargo, es pensar en un día y después el otro.
Perfectamente puedo meditar, ir a nadar o ensayar un nuevo set durante tanto tiempo solamente un día. Al siguiente otro y ojalá no espaciarlo demasiado, pero cada día es un nuevo comienzo así que vamos.
Decir “hoy me tomaré un rato para leer” se siente mucho más manejable que “este mes voy a leer todos los días”.
Una vez cumplida la tarea del día, solo me toca reunir el tiempo y la voluntad para, el día siguiente, hacer lo mismo. Si lo logro, genial, me he ganado un chocolate. Si no, está bien, ojalá tener mañana para intentar de nuevo, recordando lo que decía Annie Dillard:
“Como pasamos nuestros días es, por supuesto, como pasamos nuestras vidas” .
Un día y lo que hagamos en él podrá parecer insignificante, pero la vida se conforma de días singulares uno detrás del otro.
Lo que hagamos con ellos, desde una perspectiva más amplia, cuenta lo suficiente como para decidir, conscientemente, a qué hábitos le damos fuerza.
Así como una rutina diaria impacta de alguna u otra forma como resultamos viviendo nuestra vida, los hábitos que adoptamos también impactan nuestra creatividad.
Abrir espacio a la creatividad en el día puede ser algo tan simple como tomarse 10 minutos para meditar, escribir en un diario o pasear en la naturaleza.
Si unx busca ser más creativo, la práctica - un día a la vez - de hábitos y rutinas que apoyen el proceso creativo y la salud mental son esenciales para activar, a la vez, el estado de flow al que tanto deseamos llegar.
Hábitos creativos para aderezar el día a día
MEDITAR
Sé que varias veces he mencionado la meditación en este newsletter. Cada vez que el stress y la ansiedad se asoman, meditar es una manera genial de auto-devolverse a la tierra.
Quizás meditar es, para ti, ponerte los audífonos y escuchar una meditación guiada.
De pronto te funcionará el sentarte de piernas cruzadas o, simplemente, tomarte el tiempo para concentrarte en tu respiración.
Con esto quiero decir que son muchas las formas de meditar. Incluso cepillarse los dientes puede ser un momento para salir del corre corre de nuestras mentes y afirmarse en el presente.
LLEVAR UN DIARIO
Amo tanto esta práctica que le dediqué una vez una entrada completa.
Es que llevar un diario, sea de dibujos, de collages o escritos totalmente aleatorios y aparentemente inconexos, es la mejor manera que conozco para volcar el exceso de pensamientos que a menudo se apoderan de la mente.
No tengo por qué escribir historias, el simple escribir o hacer garabatos sin forma - porque nadie más que yo lo tiene que ver - libera el espacio y la energía necesaria como para enfocarme en algo más valioso y entretenido, como lo es el proceso creativo.
APRENDER ALGO NUEVO
Frecuentemente la creatividad se define como la capacidad de establecer conexiones. Cuando escribo, necesito a menudo tomar un concepto de un campo para aplicarlo a otro y sé que no soy la excepción, sino más bien la regla.
Aprender algo nuevo ejercita el cerebro y lo obliga a hacer nuevas conexiones, aumentar su capacidad de adaptación y, a la vez, nos entrega un subidón de confianza cuando vemos que hemos sido capaces de hacerlo.
Cuando aprender se vuelve un hábito diario, generamos también una mentalidad de crecimiento, que a la vez nos permite tratar los retos como oportunidades de seguir yendo hacia delante.
Aprender algo nuevo no necesariamente es embarcarse en la de aprender chino mandarín. Puede ser, simplemente, el seguir la curiosidad, encontrar un nuevo hobby o resolver un problema.
CAMINAR EN LA NATURALEZA
Nada ha sido más provechoso para mi práctica creativa que vivir cerca a la naturaleza. Henry David Thoreau escribió un tomo entero, Walden, en torno a los beneficios de esta para vivir una mejor vida en general y los japoneses hablan del “baño de bosque” como una práctica necesaria para el bienestar.
Estar cerca de la naturaleza reduce nuestro stress, mejora el humor, ayuda a la concentración y, por tanto, también a ser más productivx y generar mejores ideas.
Incluso si vives en la ciudad, cambiar la caminata diaria al trabajo por una ruta que te obligue a pasar por el parque más cercano, o tomarte el tiempo para armar un pequeño jardín en tu balcón puede ser suficiente.
JUGAR
Mucho trabajo y nada de juego volvió a Jack un psicópata. Que no te pase lo mismo que al pobre Jack.
A medida que nos hacemos adultxs nos volvemos más serixs y la idea de tomarnos tiempo para jugar y entretenernos queda relegada al fondo de la lista de prioridades. Aún así, jugar nos ayuda a aprender, desestresarnos, entrenar el pensamiento divergente y sí, también aumentar la productividad.
Saquémonos esa idea de que cada cosa que hagamos debe producir un resultado tangible. A veces, simplemente necesitamos darnos el tiempo para jugar un videojuego o armar un rompecabezas, solo por el placer de ello.
SOÑAR DESPIERTX
Al contrario de lo que te decía la maestra en tercer grado, soñar despiertx sí que te puede llevar lejos.
En verdad, dejar la mente divagar pone al cerebro en un estado de alta actividad, generando conexiones repentinas gracias a estar relacionado con nuestra habilidad para recordar información. Así mismo, este proceso involucra los mismos mecanismos asociados con la imaginación y la creatividad.
MANEJAR LOS ESTÍMULOS
Los estímulos correctos pueden ser los mejores amigos del proceso creativo. Despertar, agarrar el celular y pasar una hora viendo Instagram o las noticias no es precisamente algo que ayude a la motivación y la energía.
Mejor va a ser llenar el pozo creativo escuchando un podcast interesante e inspirador, leyendo poemas o moviendo el cuerpo que pasar el rato en Instagram, obvio.
El reto está en balancear lo que consumimos con lo que creamos. Demasiada información, cursos y libros puede ser también una manera de procrastinar - sí soy.
PRACTICAR DISTINTAS DISCIPLINAS
La escritora escribe, el artista pinta, la diseñadora dibuja… Mas como buenxs creativxs dispersxs, la verdad es que podemos hacer mucho más que eso.
Experimentar con diversas disciplinas y salir regularmente de la zona de comfort es parte esencial de una vida creativa.
Yo no solo escribo, también mezclo música, produzco eventos y dibujo, aunque esto sí que no me salga muy estético.
Saltar entre pasiones, profesiones y actividades que simplemente me da placer hacer permite que todas se retroalimentan entre sí. Cada una de ellas ayudándome, de alguna u otra manera, a fluir más con la otra.
TOMAR TIEMPO A SOLAS
La creatividad necesita de la soledad para prosperar.
Aunque seas de lxs que no les guste estar solx, tiempo así es necesario no solo para reflexionar y trabajar profundamente, sino también para llenar el pozo creativo con experiencias de las cuales alimentarse.
En “El Camino del Artista”, Julia Cameron plantea las citas con el artista.
Un día a la semana, durante unas horas te tomas el tiempo para llevar a tu artista de paseo. Como lo merece una buena compañía pones a tu artista en la agenda y le llevas a comer algo rico, van al cine o la librería, conocen un sitio nuevo, ya verás a dónde le invitas. El caso es que te tomes el tiempo para que se den un buen gusto.
GENERAR UN HORARIO Y SABER ROMPERLO
La verdad es que las rutinas son necesarias y la creatividad hay que, de alguna u otra manera, encauzarla. Para eso funcionan los horarios. Sin embargo, cuando llegan los bloqueos es señal que toca dar el espacio para desordenarse un rato.
Varias investigaciones demuestran que la creatividad involucra dinámicas complejas en las que el pensamiento estructurado y el espontáneo son igualmente necesarios.
Los horarios y el espacio fijo de trabajo son tan beneficiosos para una rutina creativa, como puede ser salirse de ellos de vez en cuando, dando a la mente espacio para inspirarse.
DESCANSAR
En serio, no vinimos a este mundo para producir, sino para vivir. Descansa, relájate, tómate las cosas con calma.
Dentro del proceso creativo la fase de incubación es aquella en la que un problema es internalizado en el subconsciente. Aunque pareciera que no pasara nada mientras descansamos, en realidad nuestro cerebro está haciendo todas esas maravillosas conexiones que necesitamos para encontrar soluciones lógicas a nuestros problemas.
Por algo será que las mejores ideas llegan en la ducha, mientras paseas a tu perro o miras hacia el infinito.
Esta vez, en vez de dato te tengo más bien un reto.
Aunque parezca un montón de cosas, cada uno de los hábitos nombrados ayudará a tu proceso creativo de una u otra forma.
Elige uno, dos, o cuántos quieras con el propósito de practicarlo durante 30 días.
Tú ves cómo te va, solo te sugiero que empieces ya. Para ello, te regalo esta plantilla:
DESCARGA AQUÍ
Imprímela, cópiala, inspírate en ella para crear la tuya propia.
Haz lo que te dé la gana, la única condición es que le des el tiempo para tachar números en una tabla.
EXTRA TIPS:
Se paciente, empieza desde lo más sencillo y celebra las pequeñas victorias.
Cada día que pongas en práctica tu hábito elegido, táchalo.
Eventualmente, llegará un momento en el que tacharás la casilla nñuero 30 y habrán pasado 30 días en los que has estado practicando tu hábito.
Te reto, hagámosolo juntxs.
Cuéntame cómo te va en los comentarios y en la próxima entrada, yo también te contaré cómo me ha ido.
Nos leemos en 15!