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Naturaleza y creatividad
Lee esto desde el parque, el balcón o cualquier lado de donde veas árboles
Por allá cuando Alexander Von Humboldt se embarcaba en el viaje que cambió por completo la manera occidental de ver la naturaleza, el consenso general se quedaba en esta como algo más que dominar y civilizar.
Eran los tiempos en los que el capitalismo empezaba a instalarse con fuerza, las brujas ya habían sido quemadas en la hoguera y la naturaleza era un ente salvaje del cual se podía sacar mejor provecho utilizándolo como materia prima.
Si bien han pasado muchos años y muchas cosas, nuestras sociedades modernas se siguen tomando el dominio del humano por sobre la naturaleza como una cuestión de orgullo.
Olvidamos que, en algún momento no hace tanto tiempo en la historia de la humanidad, estuvimos intrínsecamente conectados a ella y aún hoy, dependemos enteramente de ella y su voluntad para continuar habitando - o no - este planeta.
“Cuando niña, se me enseñó a entender que aquelles entre nosotres que vivían orgánicamente, en harmonía y unión con la natrualzeza, estaban marcades por una sensibilidad distinta y peligrosa (...) En el bosque, une aprendía a confiar sólo en los espiritus, seguir el camino a través del cual los espíritus se mueven”. - bell hooks.
Pero ¿Qué tiene que ver todo esto con el proceso creativo?
Si leyeron la entrada anterior, entre los hábitos creativos que propuse se encuentra el de tomar algo de tiempo con la naturaleza.
Esto no solo nos ayuda a centrarnos y reubicarnos dentro de nosotres mismes, sino que además nos conecta directamente con nuestro potencial creativo.
La naturaleza sana y el arte nos enseña a mirar.
Cuando Humboldt escribió sus obras, estas tuvieron el impacto que generaron debido a su lenguaje casi poético. Como científico, Humboldt tomó de la literatura, el arte y la creatividad para establecer conexiones que otros antes que él se empeñaron en cortar.
Sus textos no eran simplemente datos regados, sino párrafos cargados de prosa, a través de los cuales su intención era, precisamente, dar a entender la magnificencia poética de la naturaleza en sí.
“La imaginación se hace tan necesaria como el pensamiento racional para comprender el mundo natural: la naturaleza debe experimentarse a través del sentimiento”. - A.V.Humboldt.
La naturaleza como fuente creativa
Antes de escribir Walden, Henry David Thoreau era conocido en su ciudad como un hippie cualquiera. Usaba ropas desgastadas y pasaba largos ratos en la naturaleza. Se suponía que era escritor pero la verdad, nadie se lo tomaba demasiado en serio - parece que ni siquiera él mismo.
No fue hasta que se adentró en la cabaña que construyó frente al estanque de Walden y se impuso un régimen estricto de estudio y escritura, compuesto por sesiones de trabajo temprano en la mañana y la noche, con un largo paseo natural entre medio, que pudo terminar su obra maestra.
Aunque tenemos la idea de encerrarse a crear como la mejor manera de concentrarse, la verdad es que el encierro total no le hace bien a nadie. ¿Se acuerdan de la cuarentena?.
Los cambios de escenario son necesarios para aliviar el estrés y dejar fluir los pensamientos. Poetas y artistas de todo tipo han encontrado en el mundo natural no solo inspiración, sino también un objeto de estudio.
“La promulgación de un poema es en sí, un estudio de lo salvaje, dado que el arte es la materialización de la vida interna, el realmente salvaje territorio que la evolución nos ha entregado para explorar”. - Alison Hawthorne Deming.
Soy de la creencia, porque lo he experimentado en mí misma, que mientras más nos separamos de los entornos salvajes y naturales, más nos alejamos también de nuestro centro espiritual.
Así como el arte nos permite entrar de nuevo en armonía con el lugar y con nosotres mismes, también lo hace la naturaleza.
“Para mí, la escritura y la vida en el rural se parecen en el ritmo, ese ritmo que tiene la vida, esos tiempos que son diferentes. Pienso en cómo germina una planta, cómo se engancha una semilla en el lomo de una oveja trashumante y después de miles de kilómetros germina en otro sitio. Pues para mí eso es la literatura, y tiene que ver con los ritmos de la naturaleza.” -. María Sánchez.
Generar una relación con el mundo natural no es cosa que a nosotres les citadines, se nos dé muy fácil.
En mi caso, se necesitaron años de viaje a través de parajes naturales para darme cuenta de lo bien que esta me hacía y decidir, por fin, dejar la ciudad que me enfermaba para elegir vivir en entornos más rurales.
Hoy día en Latinoamérica la gran mayoría de las personas vivimos en entornos citadinos. Visitamos la naturaleza en los pocos días que tenemos de vacaciones y de resto, no prestamos mucha atención a lo que ocurre fuera de la ciudad.
Para la creatividad, el entorno natural es un aliado tremendo.
El cerebro se relaja, nuestra capacidad de prestar atención a los detalles, dejando el ego de lado, se potencia y a su vez, esto colabora a que nuestra capacidad de asombro regrese.
A la naturaleza no le interesan tus listas de pendientes o reconocimientos externos, ella es capaz de hacer crecer árboles gigantescos en lugares inauditos y darle vida a criaturas increíbles ante las cuales nuestras preocupaciones mundanas no tienen nada de especial.
Lleno de historias y lecciones en torno a las diferentes maneras de ser y vivir, el mundo natural nos demuestra cómo conectar mejor los unos con los otros.
Más importante aún, la naturaleza nos enseña lecciones. No somos nosotres les grandes inventores, es ella: La forma de las alas de los aviones se basa en la anatomía de los pájaros, materiales fuertes y ligeros están inspirados en el hueso y las patas de los lagartos inspiran la creación de adhesivos.
El tiempo en la naturaleza no es simplemente un buen hábito o un regalito que nos damos una vez al año. Es, literalmente, una necesidad.
¿Cómo potenciar ese contacto aún viviendo en la jungla urbana?
Presta atención: Aunque no se vea tan fácilmente por estar tapado con edificios, en la ciudad también hay cielo, atardeceres y amaneceres. Presta atención a los cambios de este, al comportamiento de las palomas en el parque y las flores que crecen en el jardín de tu vecina.
Tómate el tiempo para ir a un parque: Escoge el más cercano a tu trabajo para ir en la hora de almuerzo, o cambia el tiempo en el gimnasio una vez a la semana por ir a entrenar en un espacio abierto.
Aprovecha las iniciativas al aire libre de tu ciudad: En todas las ciudades puedes encontrar espacios verdes. Sea un jardín urbano, un paseo peatonal o cualquier otra área al aire libre en la que te puedas relajar.
Únete a un jardín comunitario, o crea uno: Los jardines comunitarios son excelentes lugares donde conectar con la naturaleza y acercarte más a tus vecines. Ensuciarse las manos plantando, cosechando y manteniendo el jardín es un placer del que muches nos hemos distanciado. Si no encuentras uno en tu comunidad, por qué no reunir a unes cuantes vecines e intentarlo?
Visita un jardín botánico: Un ejercicio que me encanta ejercer en la ciudad es la de ir de turista. Tómate el tiempo para ser turista en tu entorno urbano y visitar ese jardín botánico que sabes que existe, pero seguramente no has pisado en años - si es que alguna vez fuiste.
Arma tu propio jardín herbal: Las hierbas son plantas muy fáciles de mantener en casa y también sencillas de conseguir. Visita un vivero, el Homecenter o una feria local y compra algunas macetas de orégano, albahaca, romero o yerbabuena. No solo le darán un olor delicioso a tu casa sino que también te ayudarán a conectar más con la tierra de una manera sencilla.
Llena tu casa de plantas: Una manera de sentirse productive e invitar buena energía a la casa es, por supuesto, llenándola de plantas. Incluso si no tienes experiencia, en un vivero local y con algo de investigación en Instagram puedes encontrar cuentas que te den consejos tipo “las mejores plantas para espacios húmedos” o “plantas para gente que no las sabe cuidar”.
Empieza un diario de observación: Esta idea combina dos hábitos creativos en uno. En una libretita pequeña inicia un diario de observación de la naturaleza. Anota la fecha y presta atención: ¿Viste una lechuza volar cerca de tu edificio? Anótalo. ¿Notaste una flor o un jardín que no habías visto antes en la ruta al trabajo? Anota y me vas entendiendo.
Por cierto ¿Cómo van con su registro de hábitos creativos?
Yo elegí hacer las cosas con intención - sí sé, no estaba este en la lista de hábitos que subí pero filo, sigue siendo un hábito importante y que quiero potenciar.
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